La mayor demanda de productos no contaminantes y/o respetables con el medio ambiente, ha aumentado las solicitudes de materiales basados en el papel. Cada vez oímos más los términos: “papel”, “papel reciclado”, “papel ecológico”, etc. Pero, ¿por qué se utilizan estas diferentes denominaciones? Muy sencillo, no son los mismo.
De manera “genérica” el papel es obtenido de la madera de árboles y se utiliza como materia prima las fibras de celulosa en un proceso muy impactante para el medio ambiente. Además del derribo de los árboles y de la consiguiente erosión de tierra, el proceso de blanqueamiento del papel se lleva a cabo por medio de cloro y es necesario emplear una enorme cantidad de agua y energía.
En función de la procedencia de la materia prima existen tres tipos de papeles “algo” más sostenibles que el tradicional:
- Papel “reciclado”, es aquel papel que no se obtiene de la madera, sino a
través de un proceso de recuperación de papel usado. Para producir papel reciclado no sirve cualquier papel ya que no todas las fibras son susceptibles a ser recicladas. Si este proceso de nueva fabricación tiene un proceso de fabricación contaminante, con tratamientos de tintas compuestas por barnices, disolventes, aceites o cualquier otro material que suponga un impacto negativo para el medio ambiente, estaremos delante de un papel reciclado pero no ecológico. - Papel “ecológico”, se fabrica a partir de fibras vegetales no recuperadas procedentes de un bosque de crecimiento que se ha creado con la intención de ser un bosque destinado a ofrecer papel ecológico. Estas plantaciones, que están certificadas legalmente garantizan que están siendo administradas bajo unos controles ambientales, económicos y sociales. Además, la existencia de estos bosques de crecimiento supone que se talen muchos menos arboles de bosques naturales y que exista un mayor cuidado medioambiental.
- Papel “reciclado-ecológico” , es una mezcla de los dos anteriores.
Blanqueamiento del papel
Para el blanqueamiento del papel ecológico se emplean blanqueantes naturales como el dióxido de cloro, oxigeno o cloro, mientras que para un papel no ecológico se usa cloro gas, que es un material altamente contaminante. Dependiendo de cómo haya sido obtenido esta blancura , los papeles pueden ser libres de cloro elemental (ECF) o totalmente libres de cloro (TCF).
¿Cuál es más respetuoso con el medio ambiente?
La respuesta es que no nos podemos decantar por uno de los dos si no que será el que sea más respetuoso con el medio ambiente. Aquel que se obtenga a partir del reciclaje de fibras siempre y cuando los procesos de elaboración también se preocupen por la sostenibilidad medioambiental.
Por ello existen varios certificados para verificar la autenticidad y calidad del papel reciclado y/o ecológico que se usa:
- FSC (Forest Stewardship Council): Indica que el papel pertenece de talas bien gestionadas medioambientalmente.
- PEFC: Parecido al sello anterior, la certificación de la Cadena de Custodia de la PEFC autentifica que la tala se ha realizado en bosques gestionado correctamente en superficies forestales sostenibles.
- Ángel Azul: Certificación otorgada a aquellos productos que su uso implica una reducción en la contaminación y en los residuos ambientales.
- Ecolabel: Certificación facilitada por la unión europea que avala un bajo impacto ambiental de los productos sellados durante su ciclo de vida.
En conclusión, el reciclaje es tanto una necesidad como una realidad. La apuesta por reciclar papel, plásticos, tejidos, muebles, metales… es la mejor política ambiental. Al final no es tan determinante que tipo de materia prima se use, si no que se hace con ella una vez ha cumplido con el objetivo para él que fue fabricada inicialmente.